Una simple
gotita de agua
—¡Horror!
¡Horror! —gritaban las mariposas con gran desespero.
—¡Se
llevaron otra bebé golondrina verde!
—¡Mi
hijo! ¿Por qué?
—¡Cómo
se atreven a llevarse a los animales! ¿Qué les pasa a los guardabosques? ¿Por qué
no nos protegen?
—¡Si
van a venir a visitarnos será mejor que respeten las normas y no nos roben, nosotros
no raptamos humanos! —se quejaban los animales.
Otro
grupo de mariposas venían desesperadas:
—¡Ayuda!
¡Ayuda! Se han perdido más personas en el Valle Encantado.
—¡Genial!
Ahora deben de tener sentimientos. Los humanos son tan extraños —dijo un
pequeño conejo.
De inmediato, las libélulas fueron a mostrarles
la salida.
—No
les harán caso. No creo que los humanos sean capaces de dejarse guiar por animales —dijo nuevamente el conejo seguido
de un regaño de su madre por hablar mal de las personas. La sabia lechuza
predijo:
—Tengan
cuidado, un grupo escolar vendrá mañana.
Los
animales pasaron toda la noche ideando un plan para que no ocurrieran
desgracias aquel día. El pájaro jilguero fue anunciado a todos que el grupo
escolar estaba llegando con su hermoso cantar.
Cuando todos los visitantes estuvieron reunidos en el
bosque, la maestra empezó a hablarles de los ríos que nacen en Valle Nuevo y dijo que los principales son Nizao, Grande, Cuevas, Blanco,
Banilejo, Ocoa y Tireíto. La maestra comentó que hay muchas personas que
quieren robarse los animales y las especies por ser únicos en el Parque
Nacional. Un niño dijo:
—¿Qué interés tiene eso? ¡Como si a la gente le importara
que las plantas sientan! Es más, ni yo mismo lo creo. Y sobre los animales, lo
mismo nos los comemos, los tenemos de lujo, los tenemos encerrados y… ¡es más!
Hasta los usamos para saber si un producto puede matar a alguien.
Al escuchar esto, por impulso, un escorpión intentó
picar al niño pero, al darse cuenta de que estaba en lo cierto, no lo hizo.
La clase estuvo en silencio hasta que la maestra dijo:
—Es cierto lo que dices, pero por eso mismo debemos
cuidar y proteger lo poco que nos queda y hacer que las personas sepan que si no
tomamos algo de conciencia, este planeta quedará completamente destruido.
Después fueron al centro de la República, el cual también
queda en Valle Nuevo. Es un lugar muy
impresionante, pues hay cuatro pirámides colocadas de tal forma que, si uno
entra allí y mira el cielo, parece una cruz que marca el lugar, en este caso el
centro de la República Dominicana.
Unos alumnos habían aprovechado que los guardabosques
se habían ido a otro lugar para entrar al misterioso Valle Encantado, pero los
animales les hicieron una pequeña broma por haber entrado sin permiso a un lugar
tan peligrosamente extraño como aquel. Claro, no les pasó nada malo.
Solo cuando la maestra terminó de hablar de la fauna y
flora endémica del lugar, se preguntó dónde estaban Juan, Miguel, Liz, Mía, Manuel
y Mónica. Poco después, los niños aparecieron muy asustados. La maestra les
preguntó por qué entraron hasta allí. El guardabosque les dijo:
—Tienen mucha suerte de haber podido salir. Hace un
par de años, un grupo de alumnos como ustedes entró al valle sin permiso. Diez
días después, los encontramos gracias al rastreador del celular de uno de
ellos. Según la leyenda, un hombre de Santiago o de La Vega y su esclavo vivían
en el Valle Encantado. El hombre había guardado su fortuna bajo tierra al lado
de un árbol. Tiempo después, cuando el hombre murió, el esclavo fue a buscar
ayuda, pero cuando volvió a buscarlo con otras personas, jamás apareció el cadáver
ni la fortuna.
Al escuchar eso, todos los alumnos se quedaron
asombrados, y los que habían entrado al valle se sintieron felices de haber
podido salir. Cuando todos fueron a las cabañas para comer, Juan empezó a
contarles a todos las cosas extrañas que les habían sucedido.
—Vimos una pequeña nube bastante cerca de la tierra
—dijo—. Más adelante vimos que los árboles y una laguna estaban completamente
congelados y llenos de escarcha. Era muy impresionante… algo completamente
fabuloso. No sé, es más, no sabemos si caminamos es círculo, porque nos
encontramos de nuevo con la nube, por lo que todos tuvimos la intuición de
seguir caminando derecho. Al mirar fijamente la nube, vi caer una gotita de
agua a un arbusto. Intenté agarrarla, pero no pude, ya que ¡se movía! Mía la tomó
en su mano pero ¡seguía moviéndose! Pueden creerlo. Todos nos acercamos al río
y Mía la tiró al agua. A pesar de que allí había mucha agua, todos podíamos verla
claramente. Poco a poco, el río comenzó a tener un brillo extraño, pero
hermoso. No les sé decir de qué color era. No tenía color y, al mismo tiempo,
era de un solo color y a la vez de todos los colores. Era algo inexplicable.
Sin darnos cuenta, el río nos hipnotizó. Fue algo maravilloso, hasta que, de repente,
vi ante mis ojos una bandada de todo tipo de aves y murciélagos volando hacia
nosotros, mientras por el piso se acercaban serpientes, conejos, escorpiones, y
muchos animales que ni siquiera sabía que existían. ¡Fue algo muy aterrador! No
teníamos otra opción que correr…
En ese preciso instante, la maestra les avisó que ya tenían
que entrar a los transportes para regresar a la ciudad.
Cuando ya se habían alejado por la carretera, la sabia
lechuza dijo:
—¡Qué bueno que todo salió bien! Buena broma tuvieron
todos. Espero que aprendan la lección y que recuerden todo sobre este lugar.
La lechuza se quedó pensando: “Me pregunto a qué se
referían esos niños cuando hablaron de la nube, la gota de agua pura y el río resplandeciente…”
Pseudónimo: Mizu
Este hermoso cuento me lo envio Lissette Garcia, de http://mymizuworld.blogspot.com ,
ResponderEliminarMuchas gracias Lissette por enviarlo